A mis hijos les encantan las espinacas, y con bechamel, tanto mejor.
Un sencillísimo plato que recomiendo a mis novatos culinarios que entran aquí, para que mantengan una dieta sana, equilibrada y sin complicarse la vida.
Muy fácil y rápido.
Hay que tener en cuenta que las espinacas quedan muy reducidas al cocerlas, se quedan en nada.
* 1 kilo y medio de espinacas frescas enteras. 1. En un caldero con abundante agua con sal, cocer las espinacas, durante 15 minutos. Escurrir en un colador, un buen rato, para eliminar todo el agua. Incluso presionar las espinacas con un tenedor. Precalentar el gratinador del horno. 4. Colocar la mezcla en unas anguleras o fuentes individuales o bandeja grande, aptas para horno. En este caso utilicé unas fuentes pequeñas, individuales. Una sugerencia muy rica, también con espinacas, es la lasaña de espinacas con piñones Servir muy caliente. Ingredientes
* Bechamel bastante espesa.
* Queso mozarella rallado.
* Sal.Modo de preparación
2. Preparar una bechamel espesita.
3. Añadir la cantidad de bechamel que se desee a las espinacas bien escurridas y remover con tenedor.
La bechamel debe ser espesa pues las espinacas siempre retienen algo del agua de cocción, y así logramos que al mezclarlo, la bechamel quede en su punto. En casa nos gusta con bastante cantidad.
5. Echar una capa fina de bechamel por encima.
6. Echar el queso rallado por toda la superficie.
7. Gratinar en el horno hasta dorar el queso rallado.