Es verdad que aborrecía la carne de membrillo, pues en el cole nos lo ponían con pan en la merienda y al tragar era papel de lija. Alternando eso con los bocadillos de una gordísima tableta de chocolate, les cogí manía de por vida. Pero había que comerlo sin rechistar.
Me regalaron 12 membrillos que pesaron 5.572 gramos y los utilicé todos en esta receta, ya que a mi padre y mi hermano les encanta, así pues, qué mejor que esta receta tan buena de Ana, que también prepara esta jalea de membrillo que me llamó mucho la atención.
Fantásticas recetas de Ana, que aprovecha toda esta fruta.
1. En una cacerola grande se ponen los membrillos enteros y limpios (frotarlos con un cepillo bajo el chorro de agua fría), cubrir de agua y se cuecen durante media hora o hasta que estén tiernos. Me quedó consistente al desmoldarlo pero blandito al cortarlo, es decir, me quedó como una crema espesa, pero igualmente rica. Así nos lo enseña Ana en su cocina.Modo de preparación
Utilicé un pincho para asegurarme que ya estaban blandos, pues eran muchos.
2. Sacar la fruta y dejar enfriar sobre un colador, para que escurran el líquido.
3. Reservar el caldo de cocción y el que escurrieron los membrillos, para preparar la jalea.
4. Pelar la fruta y reservar las pieles sobre un colador que escurra encima del caldo de cocción.
5. Trocear la pulpa de los membrillos, apartando los corazones junto a las pieles y caldo para preparar la jalea de membrillo de Ana-1-.
6. Pesar la pulpa de membrillo, en mi caso pesó 2.368 gramos.
7. Pesar la misma cantidad de azúcar = 2.368 gramos.
8. Triturar todo junto.
9. Ponerlo en una cacerola y cocer durante una media hora ( a mi me llevó más tiempo ), removiendo continuamente hasta que pierda la humedad y tenga una consistencia espesa.
10. Cuando haya templado un poco se puede colocar en moldes.
11. Esperar a que enfríe antes de meter en la nevera para que cuaje. Se puede congelar.
Utilicé este abecedario de mis hijos para marcar el membrillo:
He obtenido 4.181 gramos de carne de membrillo.
Como bien dice Ana, queda estupendo colocando una rodajita de membrillo sobre una loncha de queso.
En este caso, con queso semicurado de cabra, que le va fantásticamente: